Porque pensar y religar el pensamiento es el fundamento de una buena militancia, del mantenimiento de una ética y de la construcción de un proceso único así como liderado por la Fe del fin ideológico
Lahistoriadenuestrasideas
Montevideo, Uruguay
“Diagnóstico Socioeconómico y Cultural de la Mujer Afrouruguaya”
Realizado por el Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya (GAMA), con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (PNUD) y el Centro de Investigación, Estudio y Desarrollo de Italia (CIES)
Diciembre - 1997
“Diagnóstico Socioeconómico y Cultural de la Mujer Afrouruguaya”
Realizado por el Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya (GAMA), con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (PNUD) y el Centro de Investigación, Estudio y Desarrollo de Italia (CIES)
Diciembre - 1997
a)
“Diagnóstico Socioeconómico y Cultural de la Mujer Afrouruguaya”
Agradecimientos
V |
aya nuestro reconocimiento al Fondo de Población de Naciones Unidas y al CIES. Sin su apoyo financiero hubiese sido imposible realizar este primer diagnóstico sobre la condición de la mujer negra que marca un hito histórico en el proceso de las/os afrouruguayas/os.
Nuestro agradecimiento al compañero Lic. Juan Pedro Machado quien realizó el proyecto de investigación siendo el primer abordaje a una temática nunca antes contemplada.
A nuestra compañera Soc. Nea Filgueira va también nuestro reconocimiento por su aporte técnico y humano espe-cíficamente en este trabajo así como en otras oportunidades siempre que se lo hemos solicitado.
Al Instituto de la Mujer en las figuras de la Dra. Alba Ozores de Lanza y Ofelia Falcone quienes pusieron a nuestra disposición los Centros de Atención a la Mujer en el interior del país siendo contactos muy importantes en el desarrollo de la recolección de datos.
A las compañeras de GAMA (Grupo de Apoyo a la Mujer Afroruguaya) por su trabajo de campo así como a las compañeras de DASA (Departamento de Análisis y Seguimiento Afro) quienes con su apoyo técnico dieron la rigurosidad científica necesaria para un trabajo de este nivel, y al Departamento de Proyectos, bajo la dirección de la Prof. Luisa Casalet.
A todas aquellas mujeres negras a lo largo y a lo ancho del país quienes de forma generosa, han estado dispuestas a responder a nuestras preguntas conectándonos con otras mujeres, facilitándonos nuestro trabajo en todo momento, volcando sus angustias, sus historias de vida y sus logros. Especialmente queremos dar nuestro reconocimiento a las ancianas negras quienes nos trajeron su pasado de sacrificio, la demostración cabal de sus vidas como ejemplo de esfuerzo, compromiso y búsqueda continua para mejorar nuestras vidas.
Prólogo
El conocimiento y amistad con Mundo Afro por parte del Centro de Información y Educación para el Desarrollo (CIES), organización no gubernamental italiana tiene sus raíces en el conocimiento y solidaridad de vieja data.
Las personas que fundaron nuestra organización se conocieron trabajando juntos e informando a la opinión pública italiana sobre el odioso apartheid en Sudáfrica y en la nefasta influencia de este régimen en los países vecinos del Africa Austral.
Eran los años 70 y en nuestra pequeña oficina en Roma trabajaba el representante del Congreso Nacional Africano (ANC), el principal movimiento de liberación, ahora en el Gobierno.
Recuerdo el enorme esfuerzo de todos nosotros para sensibilizar a las escuelas italianas sobre el dramático problema del racismo institucional vigente en Sudáfrica en ese entonces.
La lucha interna y la presión internacional cambiaron posteriormente el curso de la historia en ese país, pero el recuerdo de aquel apasionante momento, queda en la mejor historia del CIES.
Cuando conocí a los amigos de Mundo Afro y vi su trabajo, encontré muchas analogías con la cultura y la práctica de vida de nuestros amigos sudafricanos.
Fue muy estimulante iniciar esta colaboración entre CIES y Mundo Afro, más allá del proyecto que realizamos con ellos en Uruguay con el apoyo de la Unión Europea, que se fue enriqueciendo en el transcurso del tiempo en el intercambio de información, de experiencias y de visitas en Italia y Uruguay.
CIES ha seguido reflexionando sobre estos temas del antiracismo -en especial a la luz de nuevos hechos discriminatorios y racistas que se verifican incluso en Europa- por lo que ha profundizado su acción en el terreno de la intercultura.
La inmigración ha determinado que la sociedad italiana sea -será más aún en el futuro- multiétnica y pluricultural. Una sociedad en la cual la presencia de los ciudadanos provenientes de otros países, de otras culturas, tradiciones y religiones hacen emerger nuevas necesidades, lo que nos obliga a modificar estructuras sociales para lograr su justa inserción.
Pero el modelo que aspiramos de integración de estos ciudadanos debe pasar obligatoriamente por el respeto de las diferencias culturales o modelos sociales de origen, de lo contrario sería anular la historia de las personas como tales, para imponerles otro concepto de vida.
Para eso se necesita un acercamiento intercultural basado en el conocimiento recíproco y en la apertura de todos, para conocernos mejor.
Este delicado proceso favorecerá el conocimiento de las recíprocas culturas, los valores, las tradiciones, los derechos y los sistemas sociales lo que permite un mejor ámbito de desarrollo común.
En esa dirección, este libro -publicado en español e italiano- es una contribución para ese común conocimiento.
El estudio realizado por Mundo Afro sobre las condiciones de la minoría afro del Uruguay, en especial las mujeres, puede permitir acercarnos a la problemática afro-latinoamericana y de esta forma transformarse en Italia en un instrumento de información y educación al desarrollo con amplia perspectiva.
Antonio Chiapetta
Director del CIES - Italia
Introducción
El racismo constituye un obstáculo de primer orden para alcanzar el desarrollo sostenible de las comunidades y hacer posible la realización personal de sus integrantes. En la región latinoamericana los gobiernos no se han preocupado en desarrollar indicadores precisos sobre este aspecto, pues en sus estadísticas regulares no contemplan el componente étnico. Históricamente, el vínculo entre racismo y poder ha sido muy fuerte, la suma de ambos ha reforzado y fomentado la marginalidad y subordinación de las minorías étnicas. Esto ha repercutido en el mercado laboral, en la educación, en las políticas públicas, así como en la participación política y social. En América Latina con las políticas de ajuste estructural, la población negra está ubicada en los sectores de mayor pobreza y ocupa, en las áreas laborales, los puestos menos remunerados.
La especificidad de la situación en que se encuentra la población negra, deriva de la relación con un otro que aparece como modelo y como opuesto: el grupo blanco. Las relaciones entre negros y blancos son producto de una construcción cultural y social sustentada en un principio jerárquico que justifica la subordinación de éstos respecto a los aquellos, tanto en aspectos económicos como sociales.
Ignorar la presencia de la población negra o dejar de discutir sus características y situación social puede contribuir a reproducir formas de prejuicio, discriminación y racismo.
Recientemente el Instituto Nacional de Estadística publicó los resultados del “Módulo de Raza” de la Encuesta Continua de Hogares, primer relevamiento estadístico oficial de alcance nacional, sobre variables socio-económicas en donde se consideran las diferencias étnicas.
El presente estudio se asemeja en muchos aspectos a aquél. Sin embargo presenta dos particularidades importantes. En primer lugar se centra específicamente en la situación de la mujer negra uruguaya; en segundo lugar incluye el análisis de opiniones y actitudes de estas mujeres, respecto a su propia situación.
Seguramente estas primeras incursiones en la temática, servirán de base a futuras reflexiones e instancias de investigación, que profundicen aún más el diagnóstico sobre este importante sector de la población uruguaya.
Quisiéramos agradecer al grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales que tuvo a su cargo las etapas de codificación y digitación de los datos relevados a través de la encuesta, a la Lic. Susana Dornel quien participó en la supervisión de estas actividades y muy especialmente a la Sra. Sara Silveira, especialista en temas de género y trabajo, por sus valiosas críticas y sugerencias sobre los contenidos de este informe.
El programa de mujeres de Mundo Afro se genera como una iniciativa de un conjunto de compañeras/os cuya finalidad fue, que desde un ámbito específico, se aportara a los cambios que se vislumbran para América Latina en cuanto poder revertir las injustas situaciones en las que están inmersos nuestros pueblos negros y las formas descriminatorias a las que estamos sometidas en cuanto negras y mujeres.
Se hacía necesario como mediación histórica, la creación de espacios específicos que pudieran dar soluciones a nuestras problemáticas de mujeres, impulsando nuestros pasos a potenciarnos de modo de lograr ser protagonistas en el camino de la construcción de una comunidad organizada con real incidencia social, ecónomica y/o política.
Nuestro proyecto ha sido concebido como una propuesta colectiva donde, a partir de conjuntarnos en la búsqueda de soluciones a los diferentes problemas detectados, nuestro accionar se dirija a las soluciones comunes, aspecto éste que permite avanzar en perspectivas de reales transformaciones.
Atingir los instrumentos que nos permitan lograr ser parte de la sociedad civil organizada, fueron, son y serán nuestros objetivos fundamentales. A lo largo de la historia las mujeres negras han cumplido un papel básico en nuestras familias en cuanto transmisoras de nuestros valores y socializadoras por excelencia. Potenciar y promover a nuestras mujeres implica un gran paso en cuanto erradicar las diferentes formas discri-minatorias a las que estamos sometidas aspecto éste que redundará de forma altamente beneficiosa en nuestro comunidad.
El Programa Mujer Negra emerge desde la realidad donde las mujeres negras sufren condiciones de pobreza importantes, ubicándose mayoritariamente, en el plano laboral, dentro de los sectores de servicio a nivel público, privado y doméstico.
Por lo tanto se hacía necesario enunciar los propósitos, objetivos y acciones de dicho programa que se llevarían adelante desde un enfoque propio, ya que el aspecto étnico era un aspecto no tenido en cuenta.
El Racismo existente en nuestra sociedad ha generado una invisibilidad de nuestro sector y una estigmatización que alcanza a todos los estratos sociales.
Algunos aspectos objetivamente ciertos, como la ausencia de datos estadísticos que nos permitieran fundamentar de forma cuantitativa y cualitativa, cantidades y situación real de nuestra colectividad en general y mujeres en particular (definición política donde se negó la inclusión del item etnia en el Instituto de Censo y Estadística hasta hace no más de un mes en que aparecen los primeros resultados de ECH, luego de una lucha de 2 años) generaron que en la Conferencia de la mujer, la última del siglo, ni los representantes gubernamentales ni los de las ONGs incluyeran la temática de la mujer afrouruguaya en sus programas.
La vigencia de nuestro programa de desarrollo desde las mujeres negras aún rige nuestro accionar y sus objetivos. Si bien se han incorporado nuevos aspectos, sus bases siguen siendo las de su inicio:
1. Crear las bases programáticas e ideológicas que permitan a las mujeres negras promoverse, elevando los niveles de vida así como generar formas que permitan hacer el tránsito de objeto a sujeto de su propia historia.
2. Establecer relacionamiento con las mujeres en general así como con las mujeres de la diáspora a nivel nacional e internacional, en una línea de intercambio y cooperación, atendiendo y respetando las diferencias así como conjuntando esfuerzos en las similitudes en un plano donde las autonomías se convierten en nuestros principios básicos y el concepto de diversidad sea aplicable desde un plano de horizontalidad.
3. Conocer las estructuras, los mecanismos, el acceso a la cooperación internacional de forma de incluir proyectos específicos, así como la inclusión de nuestra especificidad en los ámbitos macro internacionales de modo de ser parte de las agendas nacionales, regionales e internacionales.
4. La creación del Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya como instrumento ejecutor y multiplicador de las acciones hacia las mujeres negras a nivel nacional.
5. La creación del Centro de Documentación sobre la condición de la mujer negra.
La concreción de dicho programa no ha sido una tarea menor y en muchas ocasiones se ha visto dificultada por los retrasos que como colectivo negro aún padecemos en el orden ecónomico, social y educativo, obstaculizando nuestros análisis la falta de datos y por lo tanto, de estudios que nos permitan focalizar hacia dónde debe dirigirse nuestro accionar y bajo qué parámetros debemos ubicarnos en el mundo real.
Realizar el Primer Diagnóstico sobre la Condición de la Mujer Negra era más que necesario, imprescindible para poder ubicarnos dentro de las nuevas estrategias que nuestro colectivo debe darse de manera de lograr emponderarnos, aspecto éste que nos permitirá ingresar en el nuevo milenio con propuestas que nos posibiliten encontrar los caminos de desarrollo.
Hemos fundamentado de forma precisa que nosotras, mujeres negras, tenemos un papel determinante en nuestro colectivo por lo tanto debemos establecer estrategias que a largo, mediano y corto plazo nos permitan revertir individual y colectivamente nuestro rol de reproductoras de pobreza.
Conocer de forma pormenorizada la condición de las mujeres negras a nivel de país nos ha permitido palpar y visualizar una realidad desconocida por todos poniendo sobre la mesa el resultado del proceso esclavista y la posterior “inserción” de nuestro colectivo en un plano de desigualdad que a nuestros días pagamos, siendo uno de los colectivos más atrasados y con déficits que se plasman en nuestros niveles educativos, en nuestra inserción laboral, en ausencias de políticas de salud cuando vemos que existen factores de riesgo en relación directa con nuestra condición étnica que antes ni siquiera habían sido percibidos.
Nuestro Diagnóstico sobre la condición de la Mujer Negra es para nosotros un logro político, un instrumento científico que nos lleva a redoblar nuestra lucha por alcanzar mejores niveles de vida y donde nuestra participación a niveles de incidencia se hace impostergable.
Nuestro trabajo como ONGs cierra un capítulo y abre una nueva perspectiva que es la de tratar de insertar dentro de los programas de gobierno, plataformas que profundicen e impulsen respuestas para este conjunto de mujeres y hombres que han visto postergadas sus necesidades básicas fruto de un proceso donde nuestras sociedades han estado privadas de una de sus culturas que va más allá de los vestigios artísticos culturales que mucho nos honran. Queda en el imaginario colectivo un sentir, un pensar, un construir de un colectivo que rescata su derecho a la diferencia como aporte inalienable a la Identidad nacional.
En el marco del cincuentenario de los DD.HH. no podemos menos que insertar éste nuestro aporte a ingresar en el próximo siglo con propuestas de cambios que enaltezcan a nuestras mentadas Democracias buscando la erradicación de formas discriminatorias por etnia, género, pobreza, opción sexual y toda aquellas formas que signifiquen ataques contra los derechos inalienables de mujeres y hombres más allá de su etnia, cultura o cualquier otra forma que lo haga Diferente convirtiéndole en desigual.
Breve reseña histórica de la mujer negra
La participación de la mujer negra a lo largo de la historia ha sido determinante en cuanto a su incidencia social y comunitaria de acuerdo al rol que le ha tocado cumplir.
Hemos constatado sin embargo la ausencia de su participación en textos escolares y en materiales de consulta de corte histórico; no ha sido ajena una realidad generalizada donde tanto los negros como las mujeres hemos sido invisibilizados.
El Racismo, las formas discriminatorias existentes, son parte de un proyecto político que quien lo ha sustentado ha tenido los medios y sobre todo la construcción de ideas que le han permitido determinarnos lugares en la sociedad y por consecuencias, un destino.
Nos hemos permitido la posibilidad de cambiar este determinismo y haciendo uso de nuestro derechos fundamentales nos apropiamos de los mismos y pasamos a ser protagonistas de nuestra propia historia.
Necesariamente si queremos hablar de historia del negro debemos remontarnos al continente africano haciendo la salvedad de su extensión y heterogeneidad, concebir y trasladar el conocimiento de Africa antes de la esclavitud, sus caracerísticas socio políticas, organizativas, culturales y religiosas.
El rol de la mujer africana era muy amplio, con una participación en todos los órdenes dentro de su comunidad desde la agricultura, pastoreo, extracción aurífera, artesanía, tareas domésticas. Por lo que la mujer negra arrancada de su lugar original, traerá consigo una concepción de participación integral y una gran capacidad laboral.
En cuanto a la etapa esclavista (donde se asienta la etapa incial del capitalismo) dicho tráfico genera gran parte de la acumulación de capital ya que su valor se triplica por su condición de mercancía, reproductora de esclavos y elemento de contrainsurgencia donde la estabilidad social era sumamente necesaria para el desarrollo productivo de la sociedad de la época.
Las situaciónes de violencia a la que estuvo sometida hace de la mujer negra un ser humano combativo por excelencia, donde el concepto de resistencia marcará su perfil a lo largo de la historia. Es así que contribuirá en muchas ocasiones con su trabajo al pago de la libertad personal como de sus familiares más directos.
Su participación en el proceso independientista fue de alto valor sobre todo en lo que concierne a la participación activa en las guerras, en su condición de lanceras (guerreras negras e indígenas que tomaban las armas a la par de los hombres y que sigueron a nuestro héroe máximo en su exilio forzoso al Paraguay).
Las características de su rol como base de la familia se acentuará en el período donde el flujo inmigratorio desde Europa se incorpora al sector productivo con sus oficios y conocimientos, llevando a que el sector de los hombres sin oficios, con dificultades de orden educativo, marginados de los ámbitos de producción. Será la mujer negra quien a través del servicio doméstico, pasará a ser el ingreso único y/o prinicipal de nuestras familias.
El sistema social donde el patriarcado regirá a la sociedad uruguaya no estará ajeno a la familia negra donde los dos aspectos antes mencionados entrarán en clara contradicción.
Será notorio en las posteriores instancias organizativas de la colectividad negra, la constante participación de las mujeres e inclusive las iniciativas en la creación de grupos cuyos objetivos han sido siempre proponer y sensibilizar a la sociedad uruguaya propuestas de cambio para nuestro colectivo.
El rol de la mujer en la comparsa ha sido múltiple. Si bien en los inicios de la misma su papel era desempeñado por hombres, de acuerdo a los prejuicios sociales de la época, su posterior incorporación fue real en todos los campos tanto en lo referente a lo cultural artístico así como en los aspectos organizativos y montaje del espectáculo.
Su participación constante y desde todos los aspectos no ha significado que su incidencia sea en un plano igualitario. Por el contrario, el papel de las mujeres, sus múltiples actividades, no se ven reflejadas en el pago sufriendo formas discriminatorias notorias.
La situación social del colectivo negro no es ajena a la realidad de país en cuanto el nivel de vida que rige a mediados de siglo donde el clientelismo como política de los partidos políticos, generó una falsa clase media negra. El rol decorativo de las mujeres no nos es ajeno aunque sí paradójico (en las fiestas generadas por el colectivo se presentaban a las señoritas en sociedad). Por otro lado el empleo en el cual se desempeñaron nuestras mujeres fue el de servicios, sobre todo a nivel doméstico.
De acuerdo a los niveles de instrucción y las posibilidades reales de inserción laboral, los ámbitos de servicios serán los espacios que absorberán el mayor numéro de mano de obra barata y poco calificada.
La crisis económica y política vivida desde los 60 en adelante así como el feminismo como ideología que enfoca temas de género, permiten el surgimiento del tema mujer con un nuevo perfil. La incorporación de la vertiente étnica será un elemento de discusión ya que dará lugar al surgimiento de un nuevo concepto que a fines de los 90 se apropia de los ámbitos académicos sobre todo desde las ONGs: la diversidad desde un plano de horizontalidad.
El tema mujer negra carecía de una fundamentación que tuviese que ver con la investigación estadística ya que el racismo imperante nos había negado la posibilidad de que estudios a nivel del Estado efectuaran un análisis cuantitativo y cualitativo de nuestro sector.
En términos estratégicos y de emponderamiento, que son los pasos que el mundo de las mujeres camina, presentar este diagnóstico significa abrirnos posibilidades más concretas sobre hacia dónde deben dirigirse nuestras acciones de manera de alcanzar niveles de vida digna, individual, social y comunitaria.
Beatriz Ramírez Abella
25 de julio de 1998
Presentación
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 5.9% de la población uruguaya residente en zonas urbanas, declara pertenecer a la raza negra, bien sea en forma exclusiva o en mestizaje con otras razas (1). Este porcentaje representa aproximadamente 164.200 personas, las cuales se distribuyen en forma relativamente equilibrada entre Montevideo (78.000) y el interior urbano (86.200) del país. Dentro de esta población el 50.8% son mujeres, lo cual representa aproximadamente 83.400 personas.
La muestra utilizada por el Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya (GAMA-Mundo Afro) para la realización de este estudio, estuvo integrada por mujeres negras mayores de 14 años, tanto de Montevideo como del interior del país. La información recogida en esa instancia puede ordenarse en cinco grandes áreas temáticas:
1. Trabajo
2. Educación
1. INE. Encuesta Continua de Hogares. Módulo de Raza. Principales Resultados. 1998. En esa encuesta se relevó la “declaración explícita de los entrevistados sobre la raza a la cuál creen pertenecer”. Los casos incluidos en la categoría ‘raza negra’ incluyen tanto a las personas que mencionan exclusivamente a esta raza como las que declaran pertenecer a más de una raza, entre las cuales se encuentra la negra. En este sentido el INE indica que como perteneciente exclusivamente a la raza negra se ubica el 0.90% de los encuestados, mientras que un 4.90% declara pertenecer a las razas negra y blanca. Un 0.1% adicional declara pertenecer a la raza negra y otra raza no blanca. Todas estas respuestas sumadas constituyen el 5.9% de los casos.
3. Salud
4. Vivienda
5. Cultura y discriminación.
Tanto el diseño del cuestionario como de la muestra, fue realizado por GAMA. También correspondió a este Grupo el relevamiento de la información, es decir la realización de las encuestas a las mujeres que integran la muestra. Las tareas posteriores de codificación, digitación, y análisis de la información estuvieron a cargo de los autores de este informe.
Los principales resultados obtenidos en cada una de las áreas temáticas, se presentan en forma separada, en los capítulos siguientes. Sobre el final, se exponen las principales conclusiones del estudio junto con una valoración general de las mismas.
Ficha técnica
La Encuesta “Diagnóstico socioeconómico y cultural de la mujer afrouruguaya” se realizó durante los meses de noviembre y diciembre de 1997. Fueron entrevistadas 1000 (mil) mujeres negras de todo el país.
El diseño del formulario y la administración de las encuestas estuvo a cargo del grupo GAMA (Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya de Organizaciones Mundo Afro) participando en estas actividades 30 (treinta) mujeres del Grupo.
Las entrevistas fueron realizadas en todo el territorio nacional, tanto en zonas urbanas como rurales.
Las preguntas incluídas en el formulario de la encuesta abarcó los siguientes aspectos:
- Trabajo
- Salud
- Educación
- Salud reproductiva y sexual
- Experiencia personal
- Ámbito doméstico
La supervisión y la lectura de los datos emanados estuvieron a cargo de los consultores Sr. Ernesto Abdala, Prof. Silvya Carballo y Lic. Hugo de los Campos junto con estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
I. Trabajo
Al comparar las tasas de participación femenina en la fuerza de trabajo entre las diferentes zonas geográficas del mundo, queda de manifiesto que, pese al explosivo crecimiento que ésta ha registrado en las últimas tres décadas, América Latina se sitúa considerablemente por debajo. Las explicaciones a este fenómeno son de variada índole, y en ellas se entrecruzan elementos propios del proceso de desarrollo económico y aspectos derivados de las pautas culturales vigentes.
Baste señalar que el proceso de urbanización y modernización de las economías latinoamericanas ha implicado una menor demanda por mano de obra en el sector agrícola, sumándose a ello la insuficiente expansión del sector terciario que mundialmente proporciona mayores fuentes de empleo para la mujer. Por otra parte, algunas características de la organización del trabajo en la región son contrapuestas a las concepciones culturales tradicionales respecto al rol de la mujer en la sociedad.
En una economía de transición, como lo es la uruguaya, el requisito de mayor calificación para ocupar un puesto de trabajo y la exigencia de desempeñarlo fuera del hogar se presentan como dos factores que frenan la incorporación de las mujeres.
Desde el punto de vista cuantitativo, la participación de la mujer en la actividad económica, resulta más heterogénea que la participación masculina. Si bien globalmente las tasas son inferiores a las de los hombres en todos los países, éstas varían de un país a otro y en las diferentes zonas de un mismo país. La participación femenina es poco diversificada por sectores económicos, concentrándose prioritariamente en determinadas ramas de la actividad y también en determinados tipos de ocupaciones.
Para comprender en su verdadera dimensión el fenómeno de la incorporación de la mujer negra al trabajo, es necesario analizar dicha incorporación desde el punto de vista del área en que residen, la edad, estado civil, número y edad de los hijos, así como también observar en qué sectores de la economía se ubica preferentemente y a qué tipo de ocupaciones tiene mayor acceso.
I.1La Población Económicamente Activa
I.1.1 Tasas de participación en la PEA
El 71% de las mujeres incluidas en la muestra del estudio GAMA, declara trabajar o estar buscando trabajo al momento de realizarse la encuesta.
Al analizar las tasas de actividad de la mujer negra por grupos de edad, se puede constatar que en el tramo etario 15-20 años la participación es baja, yendo en aumento en los grupos siguientes hasta alcanzar su pico más alto en el grupo de 41 a 50 años. A partir de este momento se observa un notable decrecimiento para luego seguir disminuyendo. La mujer negra estaría manteniendo un crecimiento paulatino de su tasa de actividad en edades que generalmente coinciden con el inicio de la vida matrimonial y la maternidad, y refuerza fuertemente su participación laboral una vez pasado el período de maternidad y primera etapa de la crianza de los hijos.
La comparación con las tasas de actividad para el total de la población uruguaya, y en especial de las mujeres uruguayas permite constatar dos fenómenos importantes. En primer lugar la evolución de la tasa de actividad en los diferentes tramos etáreos, asume una estructura similar en los tres grupos. Tanto al considerar el total de la población como el total de mujeres se observa una evolución de la tasa de actividad similar a la constatada para las mujeres negras. En segundo lugar las mujeres negras presentan en todos los tramos etarios una participación levemente mayor al total de la población uruguaya y significativamente más que la del total de las mujeres, acentuándose estas diferencias en los primeros tramos de edad.
Es decir que las mujeres negras trabajan en mayor proporción que el resto de las mujeres y la población en general, en todos los tramos de edad, pero especialmente en los primeros.
Como puede apreciarse en el gráfico 1, en el grupo etario 14 a 19 años la tasa de participación de las mujeres negras es 38 puntos porcentuales más alta que la del total de las mujeres en ese mismo grupo de edad. El alto nivel de empleo entre las más jóvenes puede considerarse perjudicial en dos sentidos: a) resulta difícil pensar que este grupo de jóvenes se encuentre en condiciones de dedicar el tiempo necesario para su formación en niveles educativos superiores; y b) el ingresar tempranamente al mercado de trabajo compromete seriamente las posibilidades de movilidad ocupacional ascendente. Quienes comienzan a trabajar muy jóvenes lo hacen en actividades muy poco calificadas y deben apartarse de los estudios formales.
Estos dos hechos conducen a una baja movilidad ocupacional. Tal como ha sido comprobado en diferentes investigaciones, las características del primer empleo resultan determinantes respecto a las ocupaciones que tendrá el individuo a lo largo de su vida laboral.
Siete de cada diez jóvenes ocupadas trabajan en servicio doméstico y las tres restantes se encuentran en categorías poco calificadas, de bajo prestigio social y que no posibilitan una acumulación de conocimiento que permitan un ascenso a otro tipo de ocupación.
Fuente: INE. Encuesta Continua de Hogares 1996 y GAMA
Con respecto a la relación entre estado civil y nivel de actividad encontramos que tanto las mujeres solteras como casadas presentan una tasa de participación similar (en el entorno al 74%). Entre las divorciadas o separadas se constata un 94% de actividad. En su gran mayoría son mujeres con hijos pequeños
(menores de catorce años). La ausencia de la figura paterna sumada a la imperiosa necesidad de generar ingresos para el hogar por medio de su incorporación al mercado laboral hace aun más crítica su situación. Delegar las responsabilidades maternales es por lo general de un alto costo, por lo que el hacerlo compensa a muy pocas mujeres, reduciéndose solo a aquellas que por su nivel de preparación pueden conseguir un empleo mejor remunerado y que les ofrezca una realización en el plano laboral. Podemos afirmar que la mujer afrouruguaya se encuentra mayoritariamente en ese gran grupo de mujeres que dada su condición económica debe continuar trabajando, a fin de complementar el ingreso familiar, no importando el número de hijos que tenga (analizando la incidencia del ingreso de la mujer negra en el total de ingresos del núcleo familiar se constata que en el 55% de los casos es o el único ingreso, el principal o significa la mitad del ingreso del hogar). Lo anterior está indicando que la situación laboral de la mujer negra reviste connotaciones especiales, que se relacionan con el estrato socioeconómico en que ella está inserta. La mujer de estratos medios puede abandonar su trabajo cuando las obligaciones familiares lo requieren y es poco probable que vuelva a incorporarse a él. La mayoría de las mujeres negras no cuenta con esta opción: ubicadas dentro de los estratos de más bajos r
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